8.7.08

Instrucciones para olvidar

No existe tal cosa. El olvido no es objeto aparte de la memoria, sino que es parte de ella. A lo más, se dejan escondidos los recuerdos entre los pliegues empolvados de una psique que trata de dejar de sufrir. Pero el olvido no existe como tal.
Hablo del recuerdo como sufrimiento porque es no es una, sino muchas evocaciones lo que ahora me provocan un dolor tácito y crónico. Paisajes huarasinos, calles bonaerenses, besos dulces y miradas largas que me dejan con la mirada perdida y el ánimo desinflado.
Basta encontrar una foto, o algo más sutil como una frase dicha de la misma manera para desempolvar ese rincón oscuro en donde tenemos esa agridulce reminiscencia de los momentos vividos. Y así, volvemos a añorar, y la congoja vuelve a oprimir el pecho.
No existe el olvido. Pare de sufrir. No en seco, es decir, arrancando el dolor desde su intrincada raíz, porque se corre el riesgo de no purgar todo el sufrimiento. Deje de querer olvidar alejando tajantemente aquello que lo angustia. Tápese los ojos durante un momento si gusta, pero así no logrará nada más que respirar tranquilamente durante unos segundos. Digiera. Si es necesario llorar, entonces llore. Yo ya lloré, y seguiré llorando hasta que con el tiempo, las huellas se atenuarán y el polvo volverá a acumularse. Vomite esa vorágine de palabras de queja que tapuja el camino hacia su felicidad y continúe. Hágalo, eso sí, con sus amigos más cercanos, ya que corre el riesgo de aparentar ser una neurótica. La nostalgia es como un vicio al que se recurre en momentos de ocio. Ocúpese, haga algo. Es difícil, lo sé. Tenga en cuenta que no es saludable recorrer a otros vicios en reemplazo del anterior. Comer en exceso, beber hasta la inconciencia, o buscar a un reemplazo no son opciones viables. Digiera. Digiera. Digiera. Si es necesario soportar noches de insomnio, entonces haga de ese insomnio algo productivo. Yo edito, leo, pienso en el futuro. Ahora, rehaga su vida, sabiendo que los pliegues pueden desempolvarse nuevamente en algún momento, pero sabiendo también que en ese momento ya habrá digerido todo pacientemente y no será tan difícil sobreponerse con una sonrisa.